Decidir si alquilar una oficina individual o compartida
Esta es una de las opciones que se nos presenta a la hora de emprender un negocio de gestión comercial. El alquiler de despachos según que ciudades se antoja un tanto caro por no decir desmesurado para un presupuesto inicial escaso y ajustado, viendo sobre todo de quienes empiezan su andadura como autónomo o freelance.
Muchos despachos que se ponen en alquiler incluso tienen que ser decorados y amueblados, entre los gastos están (mesas, armarios, cortinas, mesas auxiliares, etc…) por no hablar de los equipos informáticos. Sin duda esa inversión inicial sumando a ello el gasto mensual del alquiler, hace que muchos emprendedores acaben descartarlo.
Otra opción es la de los centros de negocios, espacios compartidos llamados también «coworking», donde una sala de recepción coordina incluso las llamadas entrantes si el titular del negocio o usuario está ausente. Normalmente estos espacios cuentan con salas amplias abiertas distribuidas por una serie de mesas con conexión a internet y teléfonos con una extensión.
Además, para redistribuir o reacondicionar el espacio en momentos concretos muchos de estos centros de negocios instalan rieles en el techo para colgar cortinas acústicas decorativas, proporcionándole aún más versatilidad y opciones adicionales en la configuración del propio espacio.
¿Cómo debe ser un espacio de trabajo compartido?
Para que un espacio de trabajo sea mínimamente saludable y seguro, el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, especifica las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo. En este decreto se menciona que para que se puedan dar las condiciones mínimas para el trabajo sin riesgos, las oficinas y los despachos deberían tener una altura de 2,5 metros como mínimo.
Hay que decir que los edificios grandes en plena ciudad están construidos bajo estas medidas estandarizadas, pero si nos situamos en polígonos, existen naves industriales donde sus techos son mucho más altos. En este sentido los destinados a oficinas compartidas requieren de cortinas acústicas decorativas mucho más altas.
Para solucionar el problema de la altura en grandes naves industriales, la confección de cortinas acústicas se hace invirtiendo el sentido del tejido que normalmente se tiene que aplicar cuando los rieles tienen que fijarse a una altura de más de 2,80 mts. Ya que normalmente la anchura de de los rollos de tejido acústico no suelen superar estas medidas.
Tan importante como el confort térmico son las condiciones lumínicas y acústicas. La mejor de las opciones sería contar con una iluminación natural acompañada con luz artificial cuando y donde fuera necesario.
Un buen ejemplo lo encontramos con las cortinas acústicas Insoudtex que además de acotar el sonido generado en un lugar donde hay muchas personas, también actúan como barrera lumínica cuando el sol pega frontalmente sobre un gran ventanal.
¿Qué tejidos son los más utilizados en la confección de cortinas acústicas para centros de negocios?
Normalmente las cortinas técnicas no suponen hoy día un problema para elegir colores o texturas, porque en el caso de las diseñadas para separar ambientes y a la vez reducir el ruido, se usan textiles de algodón ignífugos concentrados de alto gramaje en combinación con tejidos intermedios que llegan a reducir el sonido ambiente hasta en 30 decibelios. Los diseños pueden ser muy variados, incluso utilizando rieles especiales curvos se pueden conseguir sistemas mucho más sofisticados.