Ruidos espontáneos que nos intranquilizan
Muchas veces estamos expuestos a diferentes tipos de ruidos, unos pueden ser inadvertidos, otros son ruidos espontáneos y violentos, pero los que más producen a largo plazo un malestar y daño en nuestro sistema auditivo son los constantes o prolongados.
Aunque ya sabemos que estar expuesto a un ruido alto durante mucho tiempo produce estrés, fatiga y cansancio mental, además de un deterioro de nuestra audición, también hay que tener en cuenta aquellos ruidos que perturban nuestra paz y sosiego por sorpresa.
Quizás este otro ruido genere un estrés pasajero, pero que si son reiterativos o a intervalos aleatorios, pueden producir una subida de la tensión arterial.
El pasar de un estado de tranquilidad a uno de alerta supone una subida importante de cortisol, casi siempre provocada por una situación o acontecimiento como amenazante o desbordante, ante la cual no tiene recursos de afrontamiento.
En el caso de los ruidos espontáneos violentos, el cuerpo se pone en alerta extrema.
Así, ante un ruido inusual demasiado fuerte o potente, se produce una respuesta fisiológica y psicológica que desencadena dos tipos de respuestas, una que puede ser de huida y la otra de lucha o afrontamiento.
Por lo tanto amortiguar las primeras secuelas de ese inesperado ruido tan desagradable es la clave para detener esa espiral de estrés y nervios que nos descoloca y nos hace sentir mal.
Tanto los ruidos inesperados como los constantes pueden ser igual de dañinos, la clave para hacer declinar cualquier signo de estrés está en reducir el ruido progresivamente y no al contrario.
Con las cortinas acústicas pasa algo parecido, cuentan con capas que absorben el ruido por etapas, de manera que el ruido final es mucho menor que el inicial al ir decayendo el tiempo de reverberación.
Este episodio es fácil apreciarlo cuando en un recinto cerrado no se oye ningún eco.
En un lado más detallado y tecnológico como son los móviles o los auriculares, el mantener niveles de audición elevados pegados a nuestro oído puede resultar nefasto.
Se recomienda siempre que usemos estos dispositivos mantener un volumen medio bajo que al mismo tiempo podamos percibir el ruido exterior.
En cualquier caso mantener una buena salud auditiva es importante, buscando siempre un equilibrio para que nuestros estados emocionales estén siempre a unos niveles óptimos.
En casa y después de un largo día expuestos a ruidos ambientales, sean en el entorno laboral, en la calle, en lugares de ocio, siempre es recomendable contar con medidas que reduzcan el ruido del exterior para mantener un ambiente sosegado. Nada mejor que unas cortinas acústicas para asegurar una estancia libre de ruidos.