El ruido aumenta en las zonas costeras con el verano

El ruido en los destinos vacacionales

Con la llegada del verano y las vacaciones el ruido aumenta, muchas zonas costeras empiezan a tener mayor afluencia de turistas, hoteles, restaurantes y demás zonas de ocio experimentan un aumento significativo de actividad.

El ruido aumenta no solo en tráfico, también el propio bullicio en muchas calles céntricas provoca malestar entre quienes quieren descansar.

Este aumento de ruido hace que muchos hoteles e incluso particulares con segundas residencias instalen cortinas acústicas en sus ventanas.

No podemos olvidar que tras un idílico destino vacacional como es Conil, que es sin duda un destino selecto para el turismo de sol y playa conlleva también una concentración de ruidos por su elevada actividad.

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Medidas para combatir el ruido en Conil

Conil de la Frontera es uno de los pueblos de la comarca con más ambiente, sobre todo en verano, propiciado en parte por las lujosas urbanizaciones que
la rodean y las altas concentraciones de personas en sus calles hasta altas horas de la noche.

Legislación que regula y controla la contaminación acústica en las ciudades

La legislación que regula la contaminación acústica a nivel europeo se enmarca en la normativa actual vigente que lucha contra este ruido ambiental, siendo su Directiva 2002/49/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de junio de 2002 sobre evaluación y gestión del ruido ambiental.

La Directiva de 2015 hace un exhaustivo desarrollo, necesario por otra parte, puntualizando métodos específicos que antes no existían para el ruido procedente del tráfico vial, del tráfico ferroviario y ruido industrial.

A nivel autonómico todas las comunidades establecen y desarrollan su propia normativa, pero son las poblaciones las que optimizan la norma en función de su arquitectura vial y comercial.

Las infracciones y sanciones son una forma coercitiva para disuadir a los incívicos de respetar el descanso de los vecinos de Conil.

Otra forma de prevenir el ruido es en la insonorización de las discotecas que abundan por el casco antiguo y que se mezcla con el ir y venir de transeúntes entrando y saliendo de bares de copas.

El tema de los alquileres de apartamentos supone un problema también, ya que son muchos los que de manera incívica entran y salen dando portazos o
utilizan la música del coche a todo volumen.