Con la vuelta al colegio son muchas las preocupaciones para ofrecer una normalidad a las familias, siempre pensando que la prioridad es la educación de los niños y niñas en lo social, pero también adaptando esa vuelta a unas condiciones de seguridad sanitaria con cortinas de separación como alternativa en espacios abiertos.
Teniendo en cuenta que los colegios son muy diferentes unos de otros arquitectónica-mente hablando, hay muchas aulas que no ofrecen el espacio suficiente para tener separados convenientemente a los alumnos.
Una de las soluciones para habilitar espacios que antes se dedicaban a la gimnasia son los salones de actos, espacios que pueden sectorizarse con cortinas de separación. De esta forma un lugar abierto se transforma en varias aulas, propiciando un desahogo para el resto de clases.
La consecuencia es la de crear más grupos reducidos, donde antes habían 25 ó 30 alumnos ahora se forman clases de 12 ó 15 alumnos. Al fraccionar un espacio diáfano, la acústica mejora notablemente.
Para aquellas situaciones en las que las condiciones acústicas de un espacio no están contempladas desde la arquitectura, las cortinas acústicas de separación ayudan al mismo tiempo a ambientar cada sector, sin transferir el sonido de un lado al otro.
Las versátiles reconfiguraciones del espacio que pueden realizarse con cortinas de separación acústicas son enormes. Desde grandes oficinas, salones de actos o de reuniones, los colegios ahora pueden reconvertir grandes salas diáfanas en áreas perfectamente delimitadas.
Ventajas adicionales de las cortinas de separación
Las ventajas son muchas, pero lo que intrínsecamente ofrecen las cortinas acústicas de separación son sus cualidades ignífugas de clase M1/C1, demandadas en lugares de uso público.
El aislamiento acústico y térmico en los colegios es a veces básico e importante para ofrecer una educación de calidad.
Por ello estas cortinas gracias a su extremado grosor consiguen aislar del frío en invierno y en verano por su opacidad actúan como tapaluz.
Frente a los cambios que se están produciendo por motivos del coronavirus, la educación está avocada a una transformación, no solo en el aspecto físico que seguramente será el más importante como ya estamos viendo.
Es necesario menos alumnado por m2 en las aulas y la utilización de recursos como grandes cortinas de separación para aprovechar grandes espacios vacíos.
También la forma de enseñar cambiará viejos paradigmas que se tornarán poco a poco en un aprendizaje por parte de los alumnos auto-dirigido, tan solo con la supervisión y el guiado del profesor.
Esto es lo que la enseñanza online y el poder de internet y la red dará a los nuevos alumnos. Una enseñanza enfocada más a las habilidades que al saber, centrada fundamentalmente por las tecnologías de la información.