La tendencia en acústica exterior es capturar el sonido
Las obras públicas en ciudades a veces pueden llegar a ser una molestia importante, no solo de movilidad para los habitantes de la zona afectada, sino también por el ruido que generan. Por eso podemos observar cómo se rodean concéntricamente con vallas y de éstas sujetas unas lonas de protección acústicas, utilizadas para evitar que el ruido se propague con mayor intensidad a los edificios cercanos y causen así las menores molestias posibles.
Lonas de protección acústicas que ocultan y se adaptan de manera versátil
Al mismo tiempo que oculta la alteración estética de la zona en obras, este tipo de barreras acústicas se fabrican en el mercado con diferentes materiales, unos más rígidos que otros. Por ejemplo, hay pantallas acústicas metálicas, pero éstas no tienen tanta efectividad a nivel de reducción del ruido, puesto que reflejan el sonido en demasía.
Frente a las pantallas metálicas que más que reducir el ruido de las obras, solo delimitan, ocultan y protegen físicamente a viandantes y operarios, están las fabricadas con materiales en PVC o lonas, que más bien actúan también de forma similar a las metálicas, pero que tienen mayor flexibilidad y adaptabilidad.
Este tipo de lonas de protección están pensadas también para tapar grandes andamiajes y encajan en múltiples espacios, portátiles y fáciles de montar, son ligeras por su peso liviano y medidas estandarizadas.
Pensar en el significado de aislamiento acústico en términos absolutos es un error, porque se tendría que extraer el oxígeno de un cubículo para que éste no se propagase, ya que las ondas sonoras solo pueden viajar en un medio denso.
Esta cuestión es muy difícil de evitar ya que en cualquier medio, sea aéreo o sólido, el sonido aprovecha siempre y encuentra una manera de transmitirse de un lugar a otro.
Por tanto al término aislamiento acústico en exteriores sería como querer atrapar humo o aire, entonces, ¿cómo podemos solucionar el exceso de ruido provocado por las obras públicas en el exterior?. Los estudios en acústica apuntan cada vez más en utilizar materiales ligeros, que trabajen como una red de pesca.
Las investigaciones en ingeniería acústica apuntan en este sentido a la utilización de materiales reticulares, es decir, similares a los tejidos porosos pero adaptados para el uso en exteriores.
Pensemos que cada vez son más las edificaciones que refuerzan su fachada con materiales de este tipo, principalmente porque la legislación en cuanto a contaminación acústica y bienestar público pretende poco a poco ir incorporando proyectos arquitectónicos acústicamente saludables.
Investigaciones apuntan a soluciones similares al mesh en pvc ignífugo como ejemplo, si se combina con otros materiales que conformen una estructura reticular. El efecto que los estudios persiguen es el de hacer que el sonido rompa y se fraccione en sucesivas capas, perdiendo longitud de onda.
Para este fin, ganando terreno se piensa en el efecto «absorción acústica«, muy consolidado hoy día en interiorismo de oficinas, grandes salas polivalentes, teatros, auditorios, etc…, usándose para ello cortinas acústicas técnicas que utilizan textiles de fibras de algodón muy densas.
El reto acústico ahora es llevar la experiencia ganada en interiores al exterior, que soporte el viento, la lluvia y el sol.